Rubén Arnaiz by © Raúl Barrero |
J.L.P: ¿Cómo surgió “Sentir,
no decir”?
Rubén Arnaiz: El
corto surge de la necesidad de control. Necesitaba rodar algo pequeño en
duración (la primera norma que me impuse) así que me decanté por uno de mis
temas recurrentes favoritos: la incapacidad de decir, o no decir lo que
sentimos, en éste caso por miedo. El miedo es único, pero en asuntos románticos
es provocado por diferentes factores, como el orgullo, que es muy peligroso.
Eso lleva a la falta de autoestima, la incomunicación y finalmente, los celos.
También tengo que
decir que quería rendir homenaje al cine clásico, mi favorito, y en concreto a
los films dramáticos de mi adorado Billy Wilder (con sus compinches guionistas
Brackett, Diamond y compañía), por eso era tan importante encontrar una
localización acorde. Buscaba un parque con lago, algo que pudiera ser la
“versión española” del Central Park neoyorkino, y lo encontramos en Pinto
(Madrid). Tengas o no dinero para construir decorados, alquilar castillos o
pagar tasas, la localización es uno de los elementos más importantes en un
proyecto. Si tienes una buena, la gente va a entrar en situación más rápido y
se creerá lo que le cuentes. Aquí ha funcionado.
J.L.P: Háblanos sobre el rodaje, la producción y la
post producción del corto.
R.A: La verdad es que
fue un rodaje exprés, algo que necesitaba. Hablé con los actores un lunes,
quedamos para ensayar un martes, y rodamos un miércoles (en realidad, en 2
horas y media del miércoles). La producción fue sencilla. Éramos el equipo
mínimo necesario pero tuvimos los problemas lógicos que siempre ocurren en
rodaje: no quieres viento, lo tienes, quieres que esté nublado, aparece el sol.
Lo normal en cualquier rodaje.Por lo demás, lo importante era encontrar
la localización, como decía antes. La post-producción fue relajada, algo
que, he de decir, era nuevo para mí.
J.L.P: Ha sido un gran
acierto la participación de Maitane San Nicolás ¿cómo la conoces y cuando
decides que será la prota?
A la hora de buscar
actriz siempre investigo. Miro fotos, veo videobooks, si puedo películas,
cortos o spots completos. Me preocupa mucho que encaje con lo que estoy
buscando, que siempre es muy, muy específico. Suelo quedar en lugares públicos,
distendidos, para que esté relajada, observarla, ver sus gestos, mientras
hablamos del proyecto, del cine, de la vida o lo que sea. Y con Maitane fue
instantáneo. También influye el hecho de que le gustara tanto el guion. Parece
redundante pero a veces se escriben guiones y la gente los acepta, sean buenos
o malos, como si las opiniones no fueran bienvenidas, cuando todos somos
espectadores con criterio, y sobre todo, personas con corazón y sentimientos.
Maitane me dio una opinión sincera y romántica del guion y de la vida en
general. Esa manera de abrirse es algo maravilloso, porque como director lo que
necesitas es que la actriz, antes que cualquier otra cosa, crea en la historia
y el personaje que has creado. Para mí no hay nada más emocionante que
escribir, y ver como el personaje cobra vida.
J.L.P: ¿Se confirma que
habrá una continuación?
R.A: Sí. Rodaremos
en Bilbao antes de final de año. La historia está ambientada 1 año después. Lo
mejor es que no produciré, así que podré centrarme en la dirección y en la
pareja protagonista. Pero es complicado porque para escribir historias así
necesito, digamos, introducirme en los sentimientos de los personajes, vivirlos
(como hacen los actores), y para eso tengo que entrar en un estado emocional
bastante chungo, y no me apetece, porque ahora estoy de maravilla (jajaja).
Pero escribir desde “fuera” de esos sentimientos, más ajeno a los personajes,
alimenta la creatividad, así que ésta secuela será más cínica, y con algo más
de humor, algo que nunca he perdido.
Entrevista completa aquí.